jueves, 24 de noviembre de 2016

¿Realidad o ilusión óptica?: cientos de objetos no identificados despegan de la Luna (VIDEO)

El video ha causado dudas y críticas en la Red. Algunas personas consideran que las imágenes son evidencia clara de la presencia de vida extraterrestre.

Imagen IlustrativaPixabay / photovision

En los últimos días varios videos de la superluna del pasado mes de noviembre publicados por usuarios de YouTube han despertado polémica. Las imágenes aparentemente muestran como decenas de manchas, que se presume son objetos voladores no identificados, parecen alejarse velozmente desde la superficie del satélite.

Algunas personas consideran que el video es una evidencia clara de la presencia de vida extraterrestre en la Luna, mientras que otros aseguran que se trata de tan solo una ilusión óptica producto de un lente fuera de foco. Al respecto, los expertos señalan que el fenómeno obedece más probablemente a fallas digitales que afectan la imagen real, según informa 'The Daily Express'.

El fotógrafo John Biondo afirma que definitivamente no son ovnis, y que el fenómeno ocurre con frecuencia al observar con un telescópico los bordes del satélite. "Uso con frecuencia telescopios y veo eso todo el tiempo. Se llama 'aberración cromática' y sucede cuando observas el objeto fuera de foco, como en el video", explicó.

Asimismo, el famoso 'hacker' Gary McKinnon, quien intervino los sistemas del Pentágono y la NASA entre 2001 y 2002 a fin de hallar pruebas de que se ocultaba información sobre ovnis, aseguró no estar convencido de que las imágenes sean de naves alienígenas. "Cada vez son más las imágenes de objetos que salen de la Luna a medida que más personas adquieren un telescopio. Esto se ha venido observando con mucha frecuencia".

https://actualidad.rt.com/viral/224201-objetos-no-identificados-depegar-lunar

Àsí se muestra en este inquientante video como en el futuro las Marcaspodrán infiltrarse en tus sueños

NI SIQUIERA EL SACROSANTO ESPACIO DE TUS SUEÑOS ESTÁ A SALVO DE LA INVASIÓN FEROZ DEL CAPITALISMO Y EL DESEO DE PROGRAMAR TUS CONDUCTAS DE CONSUMO

Existe una lucha por poblar el espacio con mensajes que conducen la percepción hacia ciertos comportamientos. Esto fue algo que caracterizó al siglo XX: la invasión de la publicidad con su propaganda de consumo en las grandes ciudades de todo el mundo. El espacio mediático fue evidentemente también cooptado por las marcas y más tarde el espacio digital. Mientras esto ocurría muchas personas intentaron rehuir lo que veían como una forma de contaminación, una especie de arma infecciosa que buscaba insertar su virus en la mente del espectador. Surgió el contenido por demanda y los ad-blockers, pero las marcas aun así siguieron burlando obstáculos para penetrar cada vez más profundo en la psique de las masas. James B. Twitchell escribió: "La verdadera cuestión no es: ¿cuantos anuncios vemos? La cuestión es: ¿Cómo le hacemos para no ver ningún anuncio? Y la respuesta es: vete a dormir".

Este es el escenario en el que nos encontramos, al borde de una nueva revolución tecnológica que incluirá la realidad virtual y la fusión de aparatos tecnológicos con el cuerpo humano. Como sugiere Studio Smack en su pieza Branded Dreams, en su ambición por violar el único refugio (si acaso resta algo aún puro, ya que la vigilia invadida por imágenes publicitarias hace olas oníricas) que tiene el ser humano de la publicidad, las marcas desarrollarán en un futuro cercano técnicas para poblar los sueños de los consumidores, donde podrán ser aún más radicales en sus pautas, acaso insertando claves en el inconsciente para que luego florezcan en la vigilia. 


Se avecinan guerras subliminales, estrategias de infiltración psicodélica, 5-MeO-Dmt-Coca-Cola, cetáceos burocráticos que extienden sus tentáculos en pulsos REM, activaciones BTL en mundos oníricos submarinos...

Las marcas buscarán no sólo insertar su logo, sino también modificar las conductas para motivar el consumo. Una batalla de programación mental. Este distópico escenario concibe incluso sueños infectados por marcas, quizás diseminando paquetes oníricos por las frecuencias de nuestros aparatos. 


¿Cómo lo harán? Existen diferentes alternativas: podrían utilizar la incipiente rama delneuromarketing, el biohacking y por supuesto a través de aparatos de realidad virtual y realidad aumentada que en un futuro utilizarán aparatos de estimulación craneal, quizás hasta el nivel de activar neuronas individuales (véase por ejemplo el caso de la neurona Jennifer Aniston). ¿Quién podrá mantener la virginidad en sus sueños y librarse de la voraz ambición del capitalismo?

http://pijamasurf.com/2016/11/este_inquietante_video_muestra_como_en_el_futuro_las_marcas_podran_infiltrar_tus_suenos/

Benjamin Fulford en español: Noviembre 21, 2016


El arte pictórico y su relación con la historia de la Humanidad (I)

La pintura es una de las expresiones artísticas humanas más antiguas y una de las llamadas Bellas Artes. Y seguramente es la expresión que podríamos considerar más identificativa del concepto humano. En la estética o teoría del arte modernas la pintura está considerada como una categoría universal que comprende todas las creaciones artísticas hechas sobre distintas superficies. Una categoría aplicable a cualquier técnica o tipo de soporte físico o material, incluyendo los soportes o las técnicas efímeras así como los soportes o las técnicas digitales. Mario Benedetti escribió un magnífico poema titulado “Elegir mi paisaje“, que creo define la esencia del arte pictórico: “Si pudiera elegir mi paisaje de cosas memorables, mi paisaje de otoño desolado, elegiría, robaría esta calle que es anterior a mí y a todos. Ella devuelve mi mirada inservible, la de hace apenas quince o veinte años cuando la casa verde envenenaba el cielo. Por eso es cruel dejarla recién atardecida con tantos balcones como nidos a solas y tantos pasos como nunca esperados. Aquí estarán siempre, aquí, los enemigos, los espías aleves de la soledad, las piernas de mujer que arrastran a mis ojos lejos de la ecuación de dos incógnitas. Aquí hay pájaros, lluvia, alguna muerte, hojas secas, bocinas y nombres desolados, nubes que van creciendo en mi ventana mientras la humedad trae lamentos y moscas. Sin embargo existe también el pasado con sus súbitas rosas y modestos escándalos con sus duros sonidos de una ansiedad cualquiera y su insignificante comezón de recuerdos. Ah si pudiera elegir mi paisaje elegiría, robaría esta calle, esta calle recién atardecida en la que encarnizadamente revivo y de la que sé con estricta nostalgia el número y el nombre de sus setenta árboles“.


La historia de la pintura ha tenido un desarrollo cronológico y estilístico paralelo en gran medida al resto de las artes plásticas, si bien con diversas particularidades en el tiempo y el espacio debidas a numerosos factores, desde los derivados de las diversas técnicas y materiales empleados en su confección hasta factores socio-culturales y estéticos, ya que cada pueblo y cada cultura ha desarrollado a lo largo del tiempo distintos conceptos de plasmar la imagen que recibe del mundo circundante. La pintura es el arte y técnica de crear imágenes a través de la aplicación de pigmentos de color sobre una superficie, sea papel, tela, madera, pared, etc. Se suele dividir en pintura mural (fresco, temple) o de caballete (temple, óleo, pastel), e igualmente puede clasificarse según su género (retrato, paisaje, bodegón, etc). Plasmar toda la historia de la Pintura es materialmente imposible, por lo que en este artículo intentamos resumirlo de la mejor manera posible. La pintura ha sido durante siglos el principal medio para documentar la realidad, reflejando en sus imágenes el devenir histórico de las distintas culturas que se han sucedido a lo largo del tiempo, así como sus costumbres y condiciones materiales. La clasificación de la pintura como arte ha variado a lo largo del tiempo: en la antigüedad era considerada un mero oficio artesanal, mientras que se consideraban actividades artísticas las relacionadas con el intelecto. Galeno dividió en el siglo II el arte en artes liberales y artes vulgares, según si tenían un origen intelectual o manual: entre las liberales se encontraban la gramática, la retórica y la dialéctica —que formaban el trivium—, y la aritmética, la geometría, la astronomía y la música —que formaban el quadrivium—; las vulgares incluían la arquitectura, la escultura y la pintura, pero también otras actividades que hoy se consideran artesanía.


No fue hasta el siglo XVI que empezó a considerarse que la arquitectura, la pintura y la escultura eran actividades que requerían no sólo oficio y destreza, sino también un tipo de concepción intelectual que las hacían superiores a otros tipos de manualidades. Se gestaba así el concepto moderno de arte, que durante el Renacimiento adquirió el nombre de arti del disegno (artes del diseño), por cuanto comprendían que esta actividad —el diseñar— era la principal en la génesis de las obras de arte. Por último, en 1746, Charles Batteux estableció en Las bellas artes reducidas a un único principio la concepción actual de bellas artes, concepto que hizo fortuna y ha llegado hasta la actualidad. En la historia de la pintura es primordial el estudio de los estilos artísticos: cada periodo histórico ha tenido unas características concretas y definibles, comunes a otras regiones y culturas, o bien únicas y diferenciadas, que han ido evolucionando con el devenir de los tiempos. De ahí surgen los diversos estilos, que pueden tener un origen geográfico o temporal, o incluso reducirse a la obra de un artista en concreto, siempre y cuando se produzcan unas formas artísticas claramente definitorias. Actualmente se entiende como estilo aquella cualidad que identifica la forma de trabajar, de expresarse o de concebir una obra de arte por parte del artista, o bien, en sentido más genérico, de un conjunto de artistas u obras que tienen diversos puntos en común, agrupados geográfica o cronológicamente. También cabe tener en consideración para el estudio histórico de la pintura su clasificación en diversos géneros: un género artístico es una especialización temática en que se suelen dividir las diversas artes. En la actualidad se consideran como principales géneros pictóricos: retrato y autorretrato, desnudo, bodegón y vanidades, paisaje y marina, pintura de mitología, pintura de historia, pintura religiosa y pintura de género.

Por último, cabe tener en cuenta los distintos procedimientos técnicos empleados en pintura: acrílico, técnica pictórica donde al colorante se le añade un aglutinante plástico; acuarela, técnica realizada con pigmentos transparentes diluidos en agua, con aglutinantes como la goma arábiga o la miel, usando como blanco el del propio papel; aguada o gouache, técnica similar a la acuarela, con colores más espesos y diluidos en agua o cola mezclada con miel; fresco, realizado sobre un muro revocado de cal húmeda y con colores diluidos en agua de cal; miniatura, decoración de manuscritos con láminas de oro y plata, y pigmentos de colores aglutinados con cola, huevo o goma arábiga; óleo, técnica que consiste en disolver los colores en un aglutinante de tipo oleoso (aceite de linaza, nuez, almendra o avellana; aceites animales), añadiendo aguarrás para que seque mejor; pastel, lápiz de pigmento de diversos colores minerales, con aglutinantes (caolín, yeso, goma arábiga, látex de higo, cola de pescado, azúcar candi, etc.), amasado con cera y jabón de Marsella y cortado en forma de barritas; temple, pintura realizada con colores diluidos en agua temperada o engrosada con aglutinantes con base de cola (yema de huevo, caseína, cola de higuera, cerezo o ciruelo).


El arte prehistórico es el desarrollado por el ser humano desde la Edad de Piedra (paleolítico, 25.000-8.000 a.C.; mesolítico, 8.000-6.000 a.C.; y neolítico, 6.000-3.000 a.C.) hasta la Edad de los Metales (3.000-1.000 a.C.), periodos donde surgieron las primeras manifestaciones que se pueden considerar como artísticas por parte del ser humano. El paleolítico tuvo sus primeras manifestaciones artísticas alrededor del 25.000 a.C., teniendo su apogeo en el periodo magdaleniense (±15.000-8.000 a.C.). Las primeras manifestaciones pictóricas aparecen en cuevas —la llamada pintura rupestre—, como medio de expresar la interrelación entre el ser humano primitivo y la naturaleza. Como material pictórico utilizaban principalmente rojo de óxido de hierro, negro de óxido de manganeso y ocre de arcilla. La pintura rupestre se desarrolló principalmente en la región franco-cantábrica: son pinturas de carácter mágico-religioso, de sentido naturalista, con representación de animales, destacando las cuevas de Altamira, Tito Bustillo, Trois Frères, Chauvet y Lascaux. El Paleolíticoes la etapa que más duró en la historia del ser humano. Durante este período, nuestros ancestros vivían de la caza y de la recolección de vegetales, se asociaban en tribus y sus herramientas eran de piedra tallada, madera y hueso. El arte nace en el Paleolítico Superior, poco después del año 40000 a.C., cuando los seres humanos modernos poblaban prácticamente todo el globo terráqueo. Sin embargo, sus manifestaciones fundamentales, por no decir casi las únicas, parecen reducirse a Europa, al sur del límite que marcarían los hielos durante la glaciación de Würm. Es más, el arte mural de las cuevas (llamado Arte Parietal) se concentra muy intensamente en ciertas regiones francesas (Dordoña, Pirineos franceses, Corrèze, Charente, Loira, Hérault, Lot y Garona…) y españolas (Cornisa Cantábrica, Pirineos, Costa Mediterránea y algunos puntos de la Meseta Central como Maltravieso, Siega Verde o Los Casares), aunque ocasionalmente puede aparecer en Portugal, Italia, Europa Oriental y poco más. No se ha averiguado el motivo que explique por qué no se han hallado restos de arte paleolítico parietal en el resto del mundo.


El Arte Mobiliar (objetos decorados que pueden ser transportados) es más abundante, extendiéndose no sólo por Francia y España, sino también por los valles del Danubio, del Don y la cuenca del Baikal, ya en Asia. Hay restos esporádicos en el resto del mundo, como se indica al final.Desde los primeros descubrimientos de objetos artísticos paleolíticos, en el siglo XIX,[2] siempre se ha suscitado el enigma de su motivación y su significado, aunque parece haber consenso en que se trata de un arte de función religiosa y que su temática está íntimamente relacionada con el medio natural y su numen. Queda pendiente el hecho innegable de su alto valor estético y artístico: los hombres prehistóricos demostraron, en algunos casos, un ansia de perfección y un sentido de la belleza totalmente comparable a los artistas de otras épocas históricas. No obstante, este artículo sólo toca, forzosamente, aquellos elementos artísticos que se han conservado a lo largo de los siglos, lo que constituye, sin duda, una parte ínfima de toda la realización artística del paleolítico. Hemos perdido, como mínimo, aspectos tan fundamentales como la tradición oral, la danza, la música, el adorno corporal, etc. El Neolítico —iniciado alrededor del 8.000 a.C. en el Próximo Oriente— supuso una profunda transformación para el antiguo ser humano, que se volvió sedentario y se dedicó a la agricultura y la ganadería, surgiendo nuevas formas de convivencia social y desarrollándose la religión. En la pintura levantina —datada entre el mesolítico y el neolítico— se dio la figura humana, muy esquematizada, con notables ejemplos en El Cogul, Valltorta, Alpera y Minateda. También se dio este tipo de pintura en el norte de África (Atlas, Sáhara) y en la zona del actual Zimbabue. La pintura neolítica solía ser esquemática, reducida a trazos básicos (el hombre en forma de cruz, la mujer en forma triangular). Son de destacar igualmente las pinturas rupestres del Río Pinturas en Argentina, especialmente la Cueva de las manos.

El estilo naturalista del Paleolítico, abierta a las sensaciones y a la experiencia, se transforma en una intención artística geométricamente estilizada, cerrada a la riqueza de la realidad empírica. En lugar de las minuciosas representaciones fieles a la naturaleza, plenas de cariño y paciencia para los detalles del modelo correspondiente, encontramos por todas partes signos ideográficos, esquemáticos y convencionales, que indican más que reproducen el objeto. El arte neolítico tiende ahora a fijar la idea, el concepto, la sustancia de las cosas, es decir a crear símbolos en vez de imágenes. El cambio de estilo que conduce a estas formas de arte completamente abstractas depende de un giro general de la cultura, que representa quizá el corte más profundo que ha existido en la historia de la humanidad. Del Neolítico se conservan grandes monumentos megalíticos, entre ellos: Los menhires: monolitos verticales ocasionalmente antropomorfos, con los que se hacía culto al sol; Los dolmenes, supuestas sepulturas construidas con dos o más piedras verticales cubiertas por una losa horizontal; Los crómlechs, conjuntos de menhires de forma circular que solían tener carácter religioso. Además en este período se desarrolló un estilo de pintura rupestre en la Europa meridional basado en la pintura de escenas de caza en rocas al aire libre, con representaciones esquemáticas de figuras humanas.


En Egipto surgió una de las primeras grandes civilizaciones, con obras de arte elaboradas y complejas que suponen ya una especialización profesional por parte del artista/artesano. Su arte era intensamente religioso y simbólico, con un poder político fuertemente centralizado y jerarquizado, otorgando una gran relevancia al concepto religioso de inmortalidad. Iniciado alrededor del 3.000 a.C., el arte egipcio perduró hasta la conquista de Alejandro Magno, si bien su influencia persistió en el arte copto y bizantino. La pintura egipcia se caracteriza principalmente por presentar figuras yuxtapuestas en planos superpuestos. Las imágenes se representaban con criterio jerárquico, por ejemplo: el faraón tiene un tamaño más grande que los súbditos o los enemigos que están a su lado. Predominaba el canon de perfil, que consistía en representar la cabeza y las extremidades de perfil pero los hombros y los ojos de frente. La pintura del Antiguo Egipto fue eminentemente simbólica funeraria y religioso. La técnica pictórica de los egipcios fue un precedente de la pintura al fresco o témpera, ya que hacían de los pigmentos naturales, extraídos de tierras de diferentes colores, una pasta de color, que mezclaban con clara de huevo y disolvían con agua para poder aplicarlo sobre los muros, revestidos con una capa de tendido “seco” de yeso. Sus procedimientos fueron el fresco, el temple, el encausto y a veces también el esmalte en joyas, amuletos, estatuillas de respondientes y azulejos de revestimiento en muros interiores. Sus colores fueron vivos y variados en cada escena y las más antiguas pinturas que se conocen fueron polícromas, y de colorido uniforme.

Los egipcios pintaban los bajorrelieves los cuales, por su escasa profundidad, propician la identificación con la escultura y el arte pictórico. A partir de la dinastía IV la pintura sobre los muros de las tumbas es sustituida por bajorrelieves, de la que adopta las principales convenciones. La pintura, como todo el arte del Antiguo Egipto estaba sometida a unos cánones o reglas muy estrictas. En el canon de pérfil, en pinturas y bajorrelieves, las figuras se representaban con el rostro, brazos y piernas de perfil, mientras que el tronco y el ojo estaban dispuestos de frente. En la jerarquía la representación estaba reservada a las figuras de dioses y faraones de las primeras épocas y posteriormente también a personajes notables. Las figuras más importantes eran más grandes que las de los demás personajes, y mostraban actitudes hieráticas, ausencia de expresividad, como signo de respeto. El tamaño tenía relación directa con su importancia social. Así vemos que el faraón es el personaje más alto en las escenas familiares, donde sus mujeres, hijos, o enemigos son más pequeños. El faraón, representado en presencia de los dioses, generalmente es del mismo tamaño. Había ausencia de perspectiva, ya que no había profundidad sino posición de figuras. El menor tamaño de algunas no significaba que estuvieran más alejadas, sino que eran menos importantes, simbolizando así su inferioridad. Los colores eran planos, utilizándose el color con tonalidades uniformes, pues no se hacían gradaciones de color ni medios tonos. Otra convención de la pintura del antiguo Egipto fue el tipo de color. La piel de los hombres era oscura, ocre, mientras que en las mujeres era más clara, ocre claro; Osiris se representaba con el color de piel verde; el oro o su color simbolizaban al Sol, etc. En los temas ceremoniales, representativos, o en las imágenes del difunto impera el canon de perfil, pero en la época de Amarna, o en los temas de animales, como las famosas “ocas de Meidum“, se permiten gran libertad expresiva. Como elementos o motivos de ornamentación, en cualquiera de las referidas composiciones, estuvieron siempre en boga y son típicas en obras de escultura y pintura egipcias las flores de loto y papiro, las grecas y los diferentes roleos o volutas.


Durante el Imperio Antiguo no es posible disociar el bajorrelieve de la pintura ya que comparten los mismos temas con idénticos propósitos: representar la vida cotidiana y la naturaleza para que ambas puedan ser recreadas en la otra vida en la Duat. En la Mastaba de Ti (dinastía V, hacia 2450 a. C.) hay diversos bajorrelieves pintados con escenas de trabajos agrícolas, entre ellos el hombre con una burra y su burrito que porta un fardo, o la escena de un esclavo, cruzando un vado, que lleva sobre sus hombros un ternero, y como evidencia de realismo en la pintura de animales, el ternero vuelve su cabeza para llamar a su madre, que marcha detrás. Las decoraciones pictóricas, sobre papiro o elcartonaje de sus ataúdes, narraban, por medio de jeroglíficos, diversas leyendas mitológicas e ideas tomadas del ritual funerario y contenían el retrato del difunto en la zona correspondiente de la cabeza. El ataúd, generalmente de madera, se elaboraba desde la dinastía XI (siglo XXI a. C.) en forma prismática y, posteriormente, antropoide a fin de colocar en él, más ajustada, la momia para la cual se hacía, llevando en su exterior decoraciones semejantes a las de ésta, aunque más profusas. Los asuntos de las pinturas murales decorativas de las cámaras funerarias durante el Imperio Nuevo consistían en relatos mitológicos del Libro de los Muertos y escenas de la vida cotidiana, sobre todo las que más hubieran de servir para manutención, entretenimiento y solaz del difunto en la otra vida, según la creencia de los egipcios. Con el nombre de Libro de los Muertos, o ritual funerario, se designa los rollos de papiro en que estaban escritas las fórmulas religiosas que les permitieran evitar los peligros de la Duat y alcanzar la inmortalidad.

Desde la dinastía XX (unos doce siglos a. C.) se decoraban con dibujos o miniaturas las copias de este libro y era común acompañar a la momia recitando algún fragmento de éstas. Los asuntos de tales miniaturas suelen ser mitológicos y representaciones del juicio de Osiris, figurando el finado y determinados dioses egipcios. Los referidos usos egipcios y los variados pormenores de su escultura y pintura pueden estudiarse en las magníficas tumbas del Valle de los Reyes y los grandes museos de Europa y, sobre todo, en el Museo Egipcio de El Cairo, donde se exponen multitud de objetos. Se encontraron diversas representaciones humorísticas y satíricas, de las que destacan las de Deir el Medina. Estas representaciones se dibujaban en ostraca, a excepción de algunas en papiro, como el papiro erótico de Turín. Las sátiras iban desde temas eróticos casi grotescos a políticos, en los que se desafiaba al faraón. Los personajes suelen ser animales, sobre todo gatos, ratones y ocas. El breve periodo amarniense significó una ruptura excepcional de los cánones de la plástica egipcia, especialmente en lo relativo al tratamiento del retrato. Durante la Dinastía Ptolemaica y en la dominación romana de Egipto hubo manifestaciones pictóricas que se aproximaron a las convenciones del arte helenístico y arte romano, como los retratos de El Fayum.



https://oldcivilizations.wordpress.com/2012/09/28/el-arte-pictorico-y-su-relacion-con-la-historia-de-la-humanidad/

miércoles, 23 de noviembre de 2016

El arte pictórico y su relación con la historia de la Humanidad (y III)

En 1486 ingresó en la Vrouwe broederschap (cofradía religiosa de Nuestra Señora), corporación de gran prestigio e influencia, a la que ya pertenecía su esposa, posiblemente para protegerse de la inseguridad que se vivía en aquellos tiempos de inquisición. Esta cofradía era una asociación de laicos dedicados al culto a la Virgen y a obras de caridad, y también se involucraba en representaciones sagradas. Le sirvió para cultivarse artística y culturalmente. Vive en un ambiente de intensa devotio moderna. En 1488 presidió el banquete anual de la confraternidad. Entre el año 1488 y el 1489, se sabe, por documentos, que pintó las alas de un políptico esculpido para esta misma confraternidad. El Bosco parece enmarcarse en una corriente mística prerreformista, que arranca de la obra de Eckardt, continuada por Suso y Taulero, difundida en los Países Bajos por el predicador Gerardo Grote, a quien se considera iniciador de la Devotio moderna. Entre 1500 y 1504 no hay documentos referentes al Bosco, es probable que en estos años el artista hiciera un viaje a Italia, permaneciendo en Venecia. De hecho en esta ciudad están presentes muchas obras suyas en colecciones privadas datadas de los primeros decenios del siglo XVI. Por otro lado, a partir de estos años, el estilo del Bosco cambia, hacia un estilo más renacentista con figuras monumentales situadas en espléndidos paisajes. El 9 de agosto de 1516 se celebraron solemnes exequias por el pintor en la capilla de Nuestra Señora, perteneciente a la confraternidad, constando en los registros de la cofradía de Nuestra Señora de Bolduque en 1516: «Obitus fratrum Hieronimus Aquen alias Bosch, insignis pictor». La obra del Bosco influyó grandemente en la de Pieter Brueghel el Viejo, quien ejecutó varios cuadros de estilo similar, como por ejemplo el El triunfo de la Muerte de 1562.


Pese a ser casi coetáneo de Jan Van Eyck, sus figuraciones y técnicas son notablemente diferentes. Técnicamente pintaba alla prima, es decir, con la primera pincelada de óleo, sin demasiados retoques ni pinceladas. Sin embargo, el análisis de cada una de sus obras demuestra que hacía un concienzudo y detallado proyecto antes de la ejecución; innova, asimismo, en la gama de colores, con tonalidades más contrastadas y atrevidas. En cuanto a la figuración, El Bosco se destaca por representar a personajes santos como sujetos comunes y vulnerables (total diferencia en esto con Van Eyck, y en cambio mucha similitud con Matthias Grünewald). Es tan patética la vulnerabilidad de los personajes santos representados que les hace queridos por empatía. Prácticamente todos los personajes que representa tienen algo de caricatura. Lo que quizás primero llama la atención de todo aquel que observa una obra de ‘El Bosco’ es su “surrealismo” –avant la lettre– sintetizado con el típico expresionismo teutónico. En sus obras abunda el sarcasmo, logrotesco y una imaginería onírica. Una de las explicaciones para esto es que ‘El Bosco’ aún se encuentra imbuido por la cosmovisión medieval repleta de la creencia en hechiceras, la alquimia, la magia, los bestiarios, los tesaurus, las hagiografías… Además, en el 1500 abundaron los rumores apocalípticos. Esto influye para que ‘El Bosco’ intente desde sus pinturas dar un mensaje moralista, si bien de un moralismo nada pacato sino, por el contrario, satírico; y si ‘El Bosco’, tiene mucho de medieval, por otra parte nos anticipa al humanismo de la Edad Moderna.


Tanto en las pinturas de asunto religioso como en las de tema profano introdujo todo un mundo de seres, ora normales, ora monstruosos, presentados en actitudes expresivas. La complejidad de los símbolos que utiliza dificulta a menudo la comprensión cabal de sus obras. Su universo de desbocada imaginación, poblado de figurillas fantásticas que parecen surgidas de una pesadilla infernal (La Tentaciones de san Antonio, Tríptico del Juicio Final) anuncia el espíritu de Bruegel; incluso los temas religiosos (La coronación de espinas, Ecce Homo) están deformados por un cruel frenesí de gesticulaciones. Sin embargo, el Bosco es un minucioso observador de la realidad, con gran talento de dibujante, y su irrealismo se emparenta en último término con el espíritu sarcástico de los «fabliaux», ridiculizador de los vicios (Extracción de la piedra de la locura, El carro de heno, El jardín de las delicias). En El vendedor ambulante, seguramente uno de sus últimos trabajos, parece que quiso representar el tema del libre albedrío, así como el de la soledad del hombre. Se conocen asimismo dibujos del Bosco, en los que se da la misma vivacidad de anotación que muestran sus pinturas y dejan traslucir aún más su agudo sentido de la observación de la naturaleza. Su fantasía burlesca sedujo a muchos aficionados, sobre todo en España, donde fue objeto de gran aprecio; Felipe de Guevara y el padre Sigüenza escribieron los primeros comentarios críticos que se conocen sobre el Bosco, y Felipe II reunió un crecido número de obras de este pintor, lo cual explica la relativa abundancia actual de pinturas de este maestro en España. Ha influido en pintores casi contemporáneos suyos, tales como Pieter Brueghel el Viejo, y Pieter Huys. En el siglo XX es notorio su influjo en expresionistas como James Ensor, o surrealistas como Max Ernst y Dalí.


El arte de la Edad Moderna —no confundir con arte moderno, que se suele emplear como sinónimo de arte contemporáneo— se desarrolló entre los siglos XV y XVIII. La Edad Moderna supuso cambios radicales a nivel político, económico, social y cultural: la consolidación de los estados centralizados supuso la instauración del absolutismo; los nuevos descubrimientos geográficos —especialmente el continente americano— abrieron una época de expansión territorial y comercial, suponiendo el inicio del colonialismo; la invención de la imprenta conllevó una mayor difusión de la cultura, que se abrió a todo tipo de público; la religión perdió la preponderancia que tenía en la época medieval, a lo que coadyuvó el surgimiento del protestantismo; a la vez, el humanismo surgió como nueva tendencia cultural, dejando paso a una concepción más científica del hombre y del universo. Surgido en Italia en el siglo XV (Quattrocento), el Renacimiento se expandió por el resto de Europa desde finales de ese siglo e inicios del XVI. Los artistas se inspiraron en el arte clásico grecorromano, por lo que se habló de «renacimiento» artístico tras el oscurantismo medieval. Estilo inspirado en la naturaleza, surgieron nuevos modelos de representación, como el uso de la perspectiva. Sin renunciar a la temática religiosa, cobró mayor relevancia la representación del ser humano y su entorno, apareciendo nuevas temáticas como la mitológica o la histórica, o nuevos géneros como el paisaje, el bodegón e, incluso, el desnudo. La belleza dejó de ser simbólica, como en la era medieval, para tener un componente más racional y mesurado, en base a la armonía y la proporción.


La pintura renacentista sufrió una notable evolución desde las formas medievales, con formas naturalistas y temáticas profanas o mitológicas junto a las religiosas. Los estudios de perspectiva permitieron hacer obras de gran efecto realista, basadas en proporciones matemáticas, con especial utilización de la «sección áurea» tras el estudio publicado por Luca Pacioli (De Divina Proportione, 1509). Se utilizó el fresco y el temple, mientras que se introdujo el óleo a mediados del siglo XV por influencia flamenca. Uno de sus principales exponentes fue Leonardo Da Vinci, genio polifacético que introdujo el sfumato o «perspectiva aérea», con obras como La Virgen de las Rocas (1483), La Última Cena (1495-1497), La Gioconda (1503), etc. Otro nombre de relevancia fue Rafael, maestro del clasicismo sereno y equilibrado, con una perfecta ejecución pictórica, como se demuestra en sus frescos de las Estancias del Vaticano. Otros artistas destacados fueron: Masaccio, Fra Angelico, Paolo Ucello, Andrea del Castagno, Perugino, Piero della Francesca, Benozzo Gozzoli, Domenico Ghirlandaio, Botticelli, Andrea del Verrocchio, Luca Signorelli, Andrea Mantegna, Giovanni Bellini, Antonello da Messina, etc. En el resto de Europa: Matthias Grünewald, Alberto Durero, Hans Holbein el Joven y Lucas Cranach el Viejo en Alemania; Quentin Metsys y Pieter Brueghel en Holanda; y Pedro Berruguete, Alejo Fernández, Vicente Masip, Juan de Juanes, Pedro Machuca y Luis de Morales en España.


Uno de los principales pintores de la época renacentista fue Leonardo da Vinci (Leonardo di ser Piero da Vinci), que fue un pintor italiano nativo de Florencia. Notable genio del Renacimiento italiano (a la vez anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista) nació en Vinci el 15 de abril de 1452 y falleció en Amboise el 2 de mayo de 1519, a los 67 años, acompañado de su fiel Francesco Melzi, a quien legó sus proyectos, diseños y pinturas. Tras pasar su infancia en su ciudad natal, Leonardo estudió con el célebre pintor florentino Andrea de Verrocchio. Sus primeros trabajos de importancia fueron creados en Milán al servicio del duque Ludovico Sforza. Trabajó a continuación en Roma, Boloña y Venecia, y pasó los últimos años de su vida en Francia, por invitación del rey Francisco I. Frecuentemente descrito como un arquetipo y símbolo del hombre del Renacimiento, genio universal, además de filósofo humanista cuya curiosidad infinita sólo puede ser equiparable a su capacidad inventiva, Leonardo da Vinci es considerado como uno de los más grandes pintores de todos los tiempos y, probablemente, es la persona con el mayor número de talentos en múltiples disciplinas que jamás ha existido. Su asociación histórica más famosa es la pintura, siendo dos de sus obras más célebres, La Gioconda y La Última Cena, copiadas y parodiadas en varias ocasiones, al igual que su dibujo del Hombre de Vitruvio, que llegaría a ser retomado en numerosos trabajos derivados. No obstante, sólo se conocen una quincena de sus obras, debido principalmente a sus constantes (y a veces desastrosos) experimentos con nuevas técnicas y a su inconstancia crónica. Este reducido número de creaciones, junto con sus cuadernos que contienen dibujos, diagramas científicos y reflexiones sobre la naturaleza de la pintura, constituyen un legado para las sucesivas generaciones de artistas, llegando a ser igualado únicamente por Miguel Ángel. Como ingeniero e inventor, Leonardo desarrolló ideas muy adelantadas a su tiempo, tales como el helicóptero, el carro de combate, el submarino y el automóvil. Muy pocos de sus proyectos llegaron a construirse (entre ellos la máquina para medir el límite elástico de un cable), puesto que la mayoría no eran realizables aún en esa época. Como científico, Leonardo da Vinci hizo progresar mucho el conocimiento en las áreas de anatomía, la ingeniería civil, la óptica y la hidrodinámica.


Surgido igualmente en Italia a mediados del siglo XVI como evolución de las formas renacentistas, el manierismo abandonó la naturaleza como fuente de inspiración para buscar un tono más emotivo y expresivo, cobrando importancia la interpretación subjetiva que el artista hace de la obra de arte. La pintura manierista tuvo un sello más caprichoso, extravagante, con gusto por la forma sinuosa y estilizada, deformando la realidad, con perspectivas distorsionadas y atmósferas efectistas. Destacó en primer lugar Miguel Ángel —autor de la decoración de la Capilla Sixtina—, seguido de Bronzino, Andrea del Sarto, Pontormo, Correggio, Parmigianino, Giorgione, Tiziano, Veronese, Tintoretto, Jacopo Bassano, Giuseppe Arcimboldo, etc. Cabe mencionar a Maarten van Heemskerck y Abraham Bloemaert en los Países Bajos, y Bartholomeus Spranger en Alemania. En España destacaron Juan Fernández de Navarrete, Alonso Sánchez Coello, Juan Pantoja de la Cruz y, especialmente, El Greco, artista excepcional creador de un estilo personal y único, de fuerte sentido expresionista. El barroco se desarrolló entre el siglo XVII y principios del XVIII. Fue una época de grandes disputas en el terreno político y religioso, surgiendo una división entre los países católicos contrarreformistas, donde se afianzó el estado absolutista, y los países protestantes, de signo más parlamentario. El arte se volvió más refinado y ornamentado, con pervivencia de un cierto racionalismo clasicista pero con formas más dinámicas y efectistas, con gusto por lo sorprendente y anecdótico, por las ilusiones ópticas y los golpes de efecto.


La pintura barroca se desarrolló en dos tendencias contrapuestas: el naturalismo, basado en la estricta realidad natural, con gusto por el claroscuro —el llamado tenebrismo—, donde cabe citar a Caravaggio, Orazio y Artemisia Gentileschi, Pieter van Laer, Adam Elsheimer, Georges de La Tour y los hermanos Le Nain; y el clasicismo, que es igualmente realista pero con un concepto de la realidad más intelectual e idealizado, englobando a Annibale Carracci, Guido Reni, Domenichino, Guercino, Giovanni Lanfranco, Nicolas Poussin, Claude Lorrain, Hyacinthe Rigaud, etc. En el llamado «pleno barroco» (segunda mitad del siglo XVII), de estilo decorativo y predominio de la pintura mural, destacaron Pietro da Cortona, Andrea Pozzo, Luca Giordano y Charles Le Brun. Aparte de estas corrientes, hubieron infinitud de escuelas, estilos y autores de muy diverso signo, destacando dos escuelas regionales: la flamenca (Peter Paul Rubens, Anton Van Dyck, Jacob Jordaens, Frans Snyders), y la holandesa (Rembrandt, Jan Vermeer, Frans Hals). En España destacó la figura excepcional de Diego Velázquez (La fragua de Vulcano, 1630; La rendición de Breda, 1635;Venus del espejo, 1650; Las Meninas, 1656; Las hilanderas, 1657), así como José de Ribera, Francisco Ribalta, Alonso Cano, Francisco de Zurbarán, Juan de Valdés Leal y Bartolomé Esteban Murillo.


Desarrollado en el siglo XVIII —en convivencia a principios de siglo con el barroco, y a finales con el neoclasicismo—, el rococó supuso la pervivencia de las principales manifestaciones artísticas del barroco, con un sentido más enfatizado de la decoración y el gusto ornamental, que son llevados a un paroxismo de riqueza, sofisticación y elegancia. El progresivo auge social de la burguesía y los adelantos científicos, así como el ambiente cultural de la Ilustración, conllevaron el abandono de los temas religiosos a favor de nuevas temáticas y actitudes más mundanas, destacando el lujo y la ostentación como nuevos factores de prestigio social. La pintura rococó se movió entre la exaltación religiosa o el paisajismo vedutista en Italia (Giambattista Tiepolo, Canaletto, Francesco Guardi), y las escenas cortesanas de Jean-Antoine Watteau, François Boucher, Jean-Baptiste-Siméon Chardin y Jean-Honoré Fragonard en Francia, pasando por el retratismo inglés de Joshua Reynolds y Thomas Gainsborough. Figura aparte es el inclasificable pintor español Francisco de Goya, que evolucionó desde un sello más o menos rococó hasta un cierto prerromanticismo, pero con una obra personal y expresiva de fuerte tono intimista. Cultivó tanto la pintura como el grabado, siendo igualmente de destacar sus cartones para tapices. Entre sus obras destacan: los Caprichos (1799), La familia de Carlos IV (1800), El tres de mayo de 1808 en Madrid (1814), las Pinturas negras (1820), etc.


El auge de la burguesía tras la Revolución Francesa favoreció el resurgimiento de las formas clásicas, más puras y austeras, en contraposición a los excesos ornamentales del barroco y rococó, identificados con la aristocracia. A este ambiente de valoración del legado clásico grecorromano influyó el hallazgo arqueológico de Pompeya y Herculano, junto a la difusión de un ideario de perfección de las formas clásicas efectuado por Johann Joachim Winckelmann, quien postuló que en la antigua Grecia se dio la belleza perfecta, generando un mito sobre la perfección de la belleza clásica que aún condiciona la percepción del arte hoy día. La pintura neoclásica mantuvo un sello austero y equilibrado, influido por la escultura grecorromana o figuras como Rafael y Poussin. Destacó especialmente Jacques-Louis David, pintor «oficial» de la Revolución Francesa (Juramento de los Horacios,1784; La muerte de Marat, 1793;Napoleón cruzando los Alpes, 1800). Junto a él conviene recordar a: François Gérard, Antoine-Jean Gros, Pierre-Paul Prud’hon, Anne-Louis Girodet-Trioson, Jean Auguste Dominique Ingres, Joseph Wright of Derby, Johann Zoffany, Angelika Kauffmann, Anton Raphael Mengs, Joseph Anton Koch, Asmus Jacob Carstens, José de Madrazo, etc.




Entre finales del siglo XVIII y principios del XIX se sentaron las bases de la sociedad contemporánea, marcada en el terreno político por el fin del absolutismo y la instauración de gobiernos democráticos —impulso iniciado con la Revolución Francesa—; y, en lo económico, por la Revolución Industrial y el afianzamiento del capitalismo, que tendrá respuesta en el marxismo y la lucha de clases. En el terreno del arte, comienza una dinámica evolutiva de estilos que se suceden cronológicamente cada vez con mayor celeridad, que culminará en el siglo XX con una atomización de estilos y corrientes que conviven y se contraponen, se influyen y se enfrentan. Surge el arte moderno como contraposición al arte académico, situándose el artista a la vanguardia de la evolución cultural de la humanidad. Movimiento de profunda renovación en todos los géneros artísticos, los románticos pusieron especial atención en el terreno de la espiritualidad, de la imaginación, la fantasía, el sentimiento, la evocación ensoñadora, el amor a la naturaleza, junto a un elemento más oscuro de irracionalidad, de atracción por el ocultismo, la locura, el sueño. Se valoró especialmente la cultura popular, lo exótico, el retorno a formas artísticas menospreciadas del pasado —especialmente las medievales—, y adquirió notoriedad el paisaje, que cobró protagonismo por sí solo. En pintura, después de una fase prerromántica donde podríamos citar a William Blake y Johann Heinrich Füssli, destacaron Hubert Robert, Eugène Delacroix, Théodore Géricault, Francesco Hayez, John Constable, Joseph Mallord William Turner, Caspar David Friedrich, Karl Friedrich Schinkel, Philipp Otto Runge, etc. Una derivación del romanticismo fue el movimiento alemán de los Nazarenos, inspirados en el Quattrocento italiano y en el Renacimiento alemán, principalmente Durero (Friedrich Overbeck, Peter Cornelius, Franz Pforr). En España destacaron Genaro Pérez Villaamil, Valeriano Domínguez Bécquer, Leonardo Alenza y Eugenio Lucas.


Y en el arte moderno quiero rendir mi homenaje a uno de mis pintores favoritos, Joseph Mallord William Turner(Covent Garden, Londres, 23 de abril de 1775 – Chelsea, Londres, 19 de diciembre de 1851), pintor inglés especializado en paisajes. Fue considerado una figura controvertida en su tiempo, pero hoy en día es visto como el artista que elevó el arte de paisajes a la altura de la pintura de historia. Aunque es renombrado por sus pinturas al óleo, Turner también es uno de los grandes maestros de la pintura paisajista británica en acuarela. Es considerado comúnmente como “el pintor de la luz” y su trabajo es considerado como un prefacio romántico al impresionismo. El talento de Turner fue reconocido muy pronto, convirtiéndole en un académico a los 23 años. Tal independencia económica le permitió innovar de manera sorprendente para muchos. De acuerdo con la Historia ilustrada del Arte, de David Piper, sus últimas pinturas fueron denominadas fantastic puzzles (rompecabezas fantásticos). No obstante, Turner es reconocido como un genio: el crítico inglés, John Ruskin, describió a Turner como el artista «que más conmovedoramente y acertadamente puede medir el temperamento de la naturaleza». Turner es un pintor romántico interesado en la filosofía sublime; retrata el asombroso poder de la naturaleza sobre el ser humano. Fuegos, catástrofes, hundimientos, fenómenos naturales son descritos por el pintor. En sus lienzos, constata que la humanidad no es más que un conjunto de peones de la Naturaleza.


Como otros románticos, considera el paisaje natural como un reflejo de su humor. Turner mostró el poder violento del mar, como en Dawn after the Wreck (1840) o el Barco de Esclavos, 1840. Sus primeros trabajos, como Tintern Abbey(1795) o Venecia: S. Giorgio Maggiore (1819), conservan las tradiciones del paisajismo inglés. Sin embargo, en Aníbal atravesando los Alpes (1812), su énfasis en el poder destructor de la naturaleza ya empieza a surgir. Su peculiar estilo de pintura, el cual se caracterizaba por el uso de técnicas exclusivas de la acuarela en la ejecución de sus obras pictóricas al óleo, generaba luminosidad, fluidez y efectos atmosféricos efímeros. En sus últimos años, empleó cada vez menos óleos, y se centró en la luz pura, en los colores del reflejo. Ejemplos de este estilo tardío son visibles en Lluvia, vapor y velocidad pintado en (1844), donde los objetos son vagamente reconocibles. Turner, junto con John Constable, fue un estandarte de la pintura inglesa en sus últimos años, y fue popular en Francia también. Los impresionistas estudiaron cuidadosamente sus técnicas, para dilucidar el poder de sus lienzos. En la era del arte moderno, hasta el arte abstracto se ha visto influenciado por él. Se ha sugerido que los altos niveles de ceniza en la atmósfera durante 1816, que condujeron a unas inusuales puestas de sol durante dicho periodo, pudieron inspirar el trabajo de Turner.


Desde mediados de siglo XIX surgió una tendencia que puso énfasis en la realidad, la descripción del mundo circundante, especialmente de obreros y campesinos en el nuevo marco de la era industrial, con un cierto componente de denuncia social, ligado a movimientos políticos como el socialismo utópico. En pintura destacaron Camille Corot, Gustave Courbet, Jean-François Millet, Honoré Daumier, Adolph von Menzel, Hans Thoma, Ilya Repin y Marià Fortuny. Ligado al realismo estuvieron dos escuelas paisajísticas: la francesa de Barbizon (Théodore Rousseau, Charles-François Daubigny, Narcisse-Virgile Díaz de la Peña), marcada por un sentimiento panteísta de la naturaleza; y la italiana de los Macchiaioli (Silvestro Lega, Giovanni Fattori, Telemaco Signorini), de corte antiacadémico, caracterizada por el uso de manchas (macchia en italiano, de ahí el nombre del grupo) de color y formas inacabadas, esbozadas. En Gran Bretaña surgió la escuela de los prerrafaelitas, que se inspiraban —como su nombre indica— en los pintores italianos anteriores a Rafael, así como en la recién surgida fotografía, destacando Dante Gabriel Rossetti, Edward Burne-Jones, John Everett Millais y Ford Madox Brown. El Impresionismo: fue un movimiento profundamente innovador, que supuso una ruptura con el arte académico y una transformación del lenguaje artístico, iniciando el camino hacia los movimientos de vanguardia. Los impresionistas se inspiraban en la naturaleza, de la que pretendían captar una «impresión» visual, la plasmación de un instante en el lienzo —por influjo de la fotografía—, con una técnica de pincelada suelta y tonos claros y luminosos, valorando especialmente la luz. Surgió una nueva temática, derivada de la nueva forma de observar el mundo: junto a los paisajes y marinas, aparecen vistas urbanas y nocturnas, interiores con luz artificial, escenas de cabaret, circo y music-hall, personajes de la bohemia, mendigos, marginados, etc. Cabe mencionar como principales representantes a Édouard Manet, Claude Monet, Camille Pissarro, Alfred Sisley, Pierre-Auguste Renoir y Edgar Degas.


El Neoimpresionismo evolucionó desde el impresionismo, los neoimpresionistas se preocuparon más de los fenómenos ópticos, desarrollando la técnica del puntillismo, consistente en componer la obra mediante una serie de puntos de colores puros, que se colocan junto a otros de colores complementarios, fusionándose en la retina del espectador en un nuevo tono. Sus principales representantes fueron Georges Seurat y Paul Signac. Otra variante fue el divisionismo, surgido en Italia en ambientes de inconformismo social cercanos al anarquismo. Esta técnica se caracteriza por la proximidad de colores descompuestos, con largas pinceladas que, observadas a larga distancia, producen un efecto de composición. Este estilo fue practicado principalmente por Giovanni Segantini, Giuseppe Pellizza da Volpedo y Gaetano Previati, e influyó en el futurismo italiano. El Postimpresionismo fueron una serie de artistas que, partiendo de los nuevos hallazgos técnicos efectuados por los impresionistas, los reinterpretaron de manera personal, abriendo distintas vías de desarrollo de suma importancia para la evolución del arte en el siglo XX. Así, más que un determinado estilo, el postimpresionismo fue una forma de agrupar a diversos artistas de distinto signo: Henri de Toulouse-Lautrec, autor de escenas de circo y cabaret esbozadas con rápidos apuntes del natural; Paul Gauguin experimentó con la profundidad dando un nuevo valor al plano pictórico, con colores planos de carácter simbólico; Paul Cézanne estructuraba la composición en formas geométricas (cilindro, cono y esfera), en una síntesis analítica de la realidad precursora del cubismo; Vincent van Gogh fue autor de obras de fuerte dramatismo y prospección interior, con pinceladas sinuosas y densas, de intenso colorido, deformando la realidad, a la que otorgó un aire onírico. En España podemos reseñar a Joaquín Sorolla, autor de escenas populares donde destaca la utilización de la luz.



Estilo de corte fantástico y onírico, el simbolismo surgió como reacción al naturalismo de la corriente realista e impresionista, poniendo especial énfasis en el mundo de los sueños, así como en aspectos satánicos y terroríficos, el sexo y la perversión. Una característica principal del simbolismo fue el esteticismo, reacción al utilitarismo imperante en la época y a la fealdad y materialismo de la era industrial. Frente a ello, el simbolismo otorgó al arte y a la belleza una autonomía propia, sintetizada en la fórmula de Théophile Gautier «el arte por el arte» (L’art pour l’art), llegando incluso a hablarse de «religión estética». La belleza se alejó de cualquier componente moral, convirtiéndose en el fin último del artista, que llega a vivir su propia vida como una obra de arte —como se puede apreciar en la figura del dandy—. Destacaron: Gustave Moreau, Odilon Redon, Pierre Puvis de Chavannes, James McNeill Whistler, Lawrence Alma-Tadema, Arnold Böcklin, Ferdinand Hodler y Gustav Klimt, así como el grupo de los Nabis (Maurice Denis, Paul Sérusier, Pierre Bonnard, Félix Vallotton. Ligado al simbolismo estuvo también el llamado arte naïf, cuyos autores eran autodidactas, con una composición algo ingenua y desestructurada, instintiva, con cierto primitivismo, aunque plenamente consciente y expresiva (Henri Rousseau, Séraphine Louis, Grandma Moses).


En paralelo a la arquitectura —la vertiente más destacada de este movimiento— el modernismo también se desarrolló en pintura, surgiendo una notable escuela en Catalunya, con artistas como Ramon Casas, Santiago Rusiñol, Alexandre de Riquer, Adrià Gual y Joan Llimona, mientras que en un llamado «posmodernismo» —no confundir con el arte postmoderno, aplicado a las últimas tendencias artísticas del siglo XX y principios del XXI— se encuentran nombres como Isidre Nonell y Joaquim Mir. En el resto de Europa, la pintura modernista estuvo muy ligada al mundo del diseño y la ilustración, especialmente al cartelismo, nuevo género artístico a caballo entre la pintura y las artes gráficas, ya que se basaba en un diseño realizado por un pintor o ilustrador, para ser luego reproducido en serie. Destacaron artistas como Alfons Mucha, Aubrey Beardsley, Jan Toorop, Fernand Khnopff, etc. Pero el arte del siglo XX padeció una profunda transformación: en una sociedad más materialista, más consumista, el arte se dirige a los sentidos, no al intelecto. Surgieron así los movimientos de vanguardia, que pretendían integrar el arte en la sociedad, buscando una mayor interrelación artista-espectador, ya que es este último el que interpreta la obra, pudiendo descubrir significados que el artista ni conocía. En los primeros años del siglo XX se forjaron las bases del llamado arte de vanguardia: el concepto de realidad fue cuestionado por las nuevas teorías científicas (la subjetividad del tiempo de Bergson, la relatividad de Einstein, la mecánica cuántica); también influyó la teoría del psicoanálisis de Freud. Por otra parte, las nuevas tecnologías provocaron que el arte cambiase de función, ya que la fotografía y el cine ya se encargaban de plasmar la realidad. Gracias a las colecciones etnográficas fomentadas por el colonialismo europeo los artistas tuvieron contacto con el arte de otras civilizaciones (africano, asiático, oceánico), que aportó una visión más subjetiva y emotiva del arte. Todos estos factores comportaron un cambio de sensibilidad que se tradujo en la búsqueda de nuevas formas de expresión por parte del artista.


El fauvismo (1905-1908) fue el primer movimiento vanguardista del siglo XX. El fauvismo supuso una experimentación en el terreno del color, que era concebido de modo subjetivo y personal, aplicándole valores emotivos y expresivos, independientes respecto a la naturaleza. Destacan Henri Matisse, Albert Marquet, Raoul Dufy, André Derain, Maurice de Vlaminck y Kees van Dongen. El expresionismo (1905-1923) surgió como reacción al impresionismo. Los expresionistas defendían un arte más personal e intuitivo, donde predominase la visión interior del artista —la «expresión»— frente a la plasmación de la realidad —la «impresión»—, reflejando en sus obras una temática personal e intimista con gusto por lo fantástico, deformando la realidad para acentuar el carácter expresivo de la obra. Con precedentes en las figuras de Edvard Munch y James Ensor, se formó principalmente en torno a dos grupos: Die Brücke (Ernst Ludwig Kirchner, Erich Heckel, Karl Schmidt-Rottluff, Emil Nolde), y Der Blaue Reiter (Vasili Kandinski, Franz Marc, August Macke, Paul Klee). Otros exponentes fueron el Grupo de Viena (Egon Schiele, Oskar Kokoschka) y la Escuela de París (Amedeo Modigliani, Marc Chagall, Georges Rouault, Chaïm Soutine). Figuras individuales serían: José Gutiérrez Solana, Constant Permeke, Cândido Portinari, Oswaldo Guayasamín, etc. También se suele considerar como una derivación del expresionismo el grupo Nueva Objetividad (George Grosz, Otto Dix, Max Beckmann). En México tuvo su expresión en el muralismo de José Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo, e influyó en la obra de Frida Kahlo.


El cubismo (1907-1914) se basó en la deformación de la realidad mediante la destrucción de la perspectiva espacial de origen renacentista, organizando el espacio en base a una trama geométrica, con visión simultánea de los objetos, una gama de colores fríos y apagados, y una nueva concepción de la obra de arte, con la introducción del collage. La figura principal de este movimiento fue Pablo Picasso, uno de los grandes genios del siglo XX, junto a Georges Braque, Juan Gris y Fernand Léger. Una derivación del cubismo fue el orfismo de Robert Delaunay, así como el rayonismo ruso, síntesis de cubisno, futurismo y orfismo (Mijaíl Larionov, Natalia Goncharova). Igualmente, el purismo fue un movimiento poscubista (Amédée Ozenfant, Le Corbusier). El futurismo (1909-1930) fue un movimiento italiano que exaltó los valores del progreso técnico e industrial del siglo XX, destacando aspectos de la realidad como el movimiento, la velocidad y la simultaneidad de la acción. El futurismo aspiraba a transformar el mundo, a cambiar la vida, mostrando un concepto idealista y algo utópico del arte como motor de la sociedad. Destacan Giacomo Balla, Gino Severini y Umberto Boccioni. El arte abstracto(1910-1932) cuestiona el concepto de realidad por las nuevas teorías científicas, y con el surgimiento de nuevas tecnologías como la fotografía y el cine, que ya se encargaban de plasmar la realidad, se produjo la génesis del arte abstracto: el artista ya no intenta reflejar la realidad, sino su mundo interior, expresar sus sentimientos. El arte pierde todo aspecto real y de imitación de la naturaleza para centrarse en la simple expresividad del artista, en formas y colores que carecen de cualquier componente referencial. Iniciado por Vasili Kandinski, fue desarrollado por el movimiento neoplasticista (De Stijl), con figuras como Piet Mondrian y Theo Van Doesburg.

El constructivismo (1914-1930), surgido en la Rusia revolucionaria, fue un estilo comprometido políticamente, que pretendía a través del arte realizar una transformación de la sociedad, mediante una reflexión sobre las formas puras artísticas concebidas desde aspectos como el espacio y el tiempo, que generan una serie de obras de estilo abstracto, con tendencia a la geometrización. Destacan Vladimir Tatlin, Lissitzky, Anton Pevsner y Naum Gabo. Una variante fue el suprematismo de Kasimir Malevich. El dadaísmo (1916-1922) fue un movimiento de reacción a los desastres de la guerra. El dadaísmo supuso un planteamiento radical del concepto de arte, que pierde cualquier componente basado en la lógica y la razón, reivindicando la duda, el azar, lo absurdo de la existencia. Esto se traduce en un lenguaje subversivo, donde se cuestionan tanto las temáticas como las técnicas tradicionales del arte, experimentando con nuevos materiales y nuevas formas de composición, como el collage, el fotomontaje y los ready-made. Destacan Hans Arp, Francis Picabia, Kurt Schwitters y Marcel Duchamp. El surrealismo (1924-1955), con un claro precedente en la pintura metafísica (Giorgio de Chirico, Carlo Carrà), puso especial énfasis en la imaginación, la fantasía, el mundo de los sueños, con una fuerte influencia del psicoanálisis. La pintura surrealista se movió entre la figuración (Salvador Dalí, Paul Delvaux, René Magritte, Max Ernst) y la abstracción (Joan Miró, André Masson, Yves Tanguy).


Desde la Segunda Guerra Mundial el arte ha experimentado una vertiginosa dinámica evolutiva, con estilos y movimientos que se suceden cada vez más rápido en el tiempo. El proyecto moderno originado con las vanguardias históricas llegó a su culminación con diversos estilos antimátericos que destacaban el origen intelectual del arte por sobre su realización material, como el arte de acción y el arte conceptual. Alcanzado ese nivel de prospección analítica del arte, se produjo el efecto inverso —como suele ser habitual en la historia del arte, donde los diversos estilos se enfrentan y se contraponen, el rigor de unos sucede al exceso de otros, y viceversa—, retornando a la formas clásicas del arte, aceptando su componente material y estético, y renunciando a su carácter revolucionario y transformador de la sociedad. Surgió así el arte postmoderno, donde el artista transita sin pudor entre diversas técnicas y estilos, sin carácter reivindicativo, volviendo al trabajo artesanal como esencia del artista. El informalismo (1945-1960), conjunto de tendencias basadas en la expresividad del artista, renuncia a cualquier aspecto racional del arte (estructura, composición, aplicación preconcebida del color). Es un arte eminentemente abstracto, donde cobra relevancia el soporte material de la obra, que asume el protagonismo por encima de cualquier temática o composición. Incluye diversas corrientes como el tachismo, el art bruty la pintura matérica. Destacan Georges Mathieu, Hans Hartung, Jean Fautrier, Jean Dubuffet, Lucio Fontana, etc. En España surgieron los grupos El Paso (Antonio Saura, Manolo Millares) yDau al set (Antoni Tàpies, Modest Cuixart). En Estados Unidos se desarrolló el expresionismo abstracto —también llamado action painting—, caracterizado por la utilización de la técnica del dripping, el chorreado de pintura sobre la tela, sobre la que intervenía el artista con diversos utensilios o con su propio cuerpo. Entre sus miembros figuran Jackson Pollock, Mark Rothko, Franz Kline y Willem de Kooning.

La nueva figuración (1945-1960) surge como reacción a la abstracción informalista. Es un movimiento que recuperó la figuración, con cierta influencia expresionista y con total libertad de composición. Aunque se basaban en la figuración no quiere decir que ésta fuese realista, sino que podía ser deformada o esquematizada a gusto del artista. En la génesis de este estilo tuvo decisiva influencia la filosofía existencialista y su visión pesimista del ser humano, y entroncaron con el movimiento beat y los angry young men. Entre sus figuras se puede mencionar a Francis Bacon, Lucian Freud, Bernard Buffet, Nicolas de Staël y los miembros del grupo CoBrA (Karel Appel, Asger Jorn, Corneille y Pierre Alechinsky). El arte cinético (desde 1950): también llamado op-art (arte óptico), es un estilo que pone énfasis en el aspecto visual del arte, especialmente en los efectos ópticos, que son producidos bien por ilusiones ópticas (figuras ambiguas, imágenes persistentes, efecto de moiré), bien mediante el movimiento o los juegos de luces. Es un arte abstracto pero racional, compositivo, al contrario que el informalismo. Destacan Victor Vasarely, Jesús Rafael Soto, Yaacov Agam, Julio Le Parc, Eusebio Sempere, etc. El pop-art (1955-1970) surgió en Estados Unidos como movimiento de rechazo al expresionismo abstracto, englobando una serie de autores que retornaron a la figuración, con un marcado componente de inspiración popular y tomando imágenes del mundo de la publicidad, la fotografía, el cómic y los medios de comunicación de masas. Con un precedente en el llamado New Dada (Robert Rauschenberg, Jasper Johns), destacaron en el pop-art Andy Warhol, Roy Lichtenstein, Tom Wesselmann, James Rosenquist, Eduardo Paolozzi y Richard Hamilton. El nuevo realismo (1958-1970) es un movimiento francés inspirado en el mundo de la realidad circundante, del consumismo y la sociedad industrial, del que extraen —al contrario que en el pop-art— su aspecto más desagradable, con especial predilección por los materiales detríticos. Sus representantes fueron Yves Klein, Piero Manzoni, Martial Raysse, Niki de Saint Phalle, etc.


El minimalismo (1963-1980) es un antecedente de la Nueva abstraccióno Abstracción postpictórica (Barnett Newman, Frank Stella, Ellsworth Kelly, Kenneth Noland). El minimalismo fue una corriente que supuso un proceso de desmaterialización que desembocaría en el arte conceptual. Son obras de carácter abstracto, de acusada simplicidad, reducidas a un mínimo motivo, depurado al planteamiento inicial del autor, la base sobre la que habría desarrollado la idea que, sin embargo, queda plasmada en su fase inicial. Destacan Robert Mangold y Robert Ryman. El hiperrealismo (desde 1965) surgió como reacción al minimalismo. Caracterizada por su visión superlativa y exagerada de la realidad, que es plasmada con gran exactitud en todos sus detalles, con un aspecto casi fotográfico. Destacan Chuck Close, Richard Estes, Don Eddy, John Salt, Ralph Goings y Antonio López García. El arte postmoderno (desde 1975), por oposición al denominado arte moderno, es el arte propio de la postmodernidad. Asumen el fracaso de los movimientos de vanguardia como el fracaso del proyecto moderno: las vanguardias pretendían eliminar la distancia entre el arte y la vida, universalizar el arte; el artista postmoderno, en cambio, es autorreferencial, el arte habla del arte, no pretenden hacer una labor social. Destacan artistas individuales como Jeff Koons, David Salle, Jean-Michel Basquiat, Keith Haring, Julian Schnabel, Eric Fischl, Miquel Barceló, etc.; o también diversos movimientos como la transvanguardia italiana (Sandro Chia, Francesco Clemente, Enzo Cucchi, Nicola De Maria, Mimmo Paladino), el neoexpresionismo alemán (Anselm Kiefer, Georg Baselitz, Jörg Immendorff, Markus Lüpertz, Sigmar Polke), el neomanierismo, la figuración libre, etc.

https://oldcivilizations.wordpress.com/2012/09/28/el-arte-pictorico-y-su-relacion-con-la-historia-de-la-humanidad/

Los niños fantasma de Europa: miles desaparecen sin dejar rastro de los centros de acogida

Juegan al fútbol apartados del resto del grupo. Pese al frío que se deja notar ya al caer la tarde, ambos visten pantalones vaqueros cortos y un abrigo fino. Uno de ellos usa al menos deportivas; el otro, chanclas. Han llegado hoy mismo -un día de noviembre- a Roma sólo con eso, con lo puesto; el balón lo consiguieron al llegar. 

© I. Monzón/ J. Muñoz 

Filemon y Yahya sonríen recién llegados a Europa (foto retocada por su protección).Pocos se han percatado de los nuevos y esquivos inquilinos. Se muestran retraídos hasta que alguien se acerca a hablar con ellos. Entonces sacan la mejor de sus sonrisas, limpia e inocente. Es la carta de presentación de dos niños que aún tienen lejos la adolescencia. El peinado delata al más pequeño: "Mi ilusión es parecerme a Neymar", dice con la pelota entre los pies. Su amigo, por el contrario, esconde una cabellera no muy distinta bajo una gorra con la visera del revés. 

Filemon, de 13 años, y Yahya, de 14, se conocieron hace algo más de un año en Senafe, una población ubicada en el corazón de Eritrea. El primero es cristiano y el segundo musulmán, pero poco importa el detalle para quienes emprendieron sin más compañía la marcha a Europa desde su país natal. 

Etiopía, Sudán y Egipto hasta tomar una embarcación que los condujo a Italia. Aseguran que en cada país les esperaba un hombre que los iba llevando de un lugar a otro. ¿Mafias? No son capaces de responder a la pregunta, sólo que había que pagarles una cantidad que previamente les habían dado sus familias. "No sé cuánto dinero era, sólo que mi madre tuvo que empeñar algunas joyas", rememora Filemon. 

Ya en el bote que debía servir como último medio de transporte para cruzar el Mediterráneo se encontraron junto a otras 400 personas. Sin comida ni nada que beber, en un trasto de madera agrietado del que había que ir achicando agua. Cuentan que la travesía duró varios días y que tuvieron que beber directamente agua del mar para resistir. 

Tras ser rescatados los llevaron a Caltagirone, en Sicilia. Los identificaron, pasaron tres meses en un centro de acogida y una vez repuestos del susto escaparon, decidieron abandonar aquel hogar temporal y se metieron en un autobús que los acaba de dejar en la estación de Tiburtina en Roma. Allí se concentran varias decenas de migrantes, que como Filemon y Yahya, pretenden que Italia sea la puerta de entrada a Europa, pero no su destino final. 

Algunos de ellos llevan por aquí el tiempo suficiente como para actuar de traductores ante la historia de los menores. Aunque son varios los voluntarios, agrupados en un colectivo, quienes los tutelan. Hace meses les daban cobijo en un centro social ocupado, pero tras el desalojo han tenido que trasladar la actividad a la parte posterior de la estación, donde un descampado lleno de hierbajos interrumpe la ciudad. 

Actualmente hay entre 150 y 200 personas, un tercio de ellos menores. Andrea Costa, coordinador de la iniciativa, explica que su intención es ofrecer un "poco de humanidad" a todos aquellos que "escapan de los centros de identificación y quieren proseguir su viaje". Proceden sobre todo del Cuerno de África, la mayoría no solicitan asilo, por lo que su futuro depende de pasar inadvertidos como ilegales. 

Los voluntarios les ofrecen comida diaria, ducha en el gimnasio de otro centro social dos veces por semana y contacto personal. Sus necesidades las deben hacer entre los arbustos. Y por la noche prima la jerarquía: hasta 30 menores - el máximo de la capacidad- pueden ingresar cada día en un centro coordinado por Save The Children, mientras que el resto duerme por la calle o se las ingenia para resguardarse en el aparcamiento de la estación. 

Marco Cappuccino, responsable nacional de este proyecto de Save The Children llamado CivicoZero, distingue entre dos tipos los menores a los que atienden: aquellos que están en tránsito y otros que vienen a Italia por motivos económicos para trabajar en el mercado negro. Los primeros son sobre todo eritreos, afganos, somalíes y algunos sirios. Los segundos son en su mayoría egipcios, que acuden a este país, conscientes de que ya hay otros cientos de compatriotas en su situación. 

Ambos grupos son, según Cappuccino, objetivo de redes mafiosas. Aunque preocupa especialmente el caso de los egipcios, ya que acuden "con una deuda contraída" con redes de extorsión "que deben pagar". El modo de hacerlo es a través de un "trabajo abusivo" o en los casos más extremos, "la prostitución masculina" de estos menores. 

Al llegar a Italia algunos desaparecen nada más tocar tierra, pero el procedimiento habitual es que estos chicos pasen por centros de registro donde se les toman las huellas, y después se pierde su pista. Según el responsable de Save The Children, se debe a que son centros abiertos en los que "no se puede restringir el movimiento". Sobre todo porque están repletos. Un reciente informe de Amnistía Internacional asegura que los migrantes sufren incluso malos tratos y abusos por parte de las autoridades. Una razón más para escapar. 

© I.M.

Los niños no acompañados migrantes en Roma que eluden a las autoridades pueden refugiarse aquí.Mientras que el desalojo del campo informal de migrantes de Calais en Francia dejó hondamente preocupada a la ONU por la nefasta gestión en la reubicación de los menores (más de 1.000 no acompañados) y Save the Children advirtió de que varios de ellos tomaron el petate para rehacer su vida fuera de los centros de acogida, en Italia 28 niños se fugan cada día del sistema de acogida, según los datos de Oxfam. 

Así, durante los seis primeros meses del año se daba por perdidos a 5.222 niños en territorio italiano. Ni las ONG ni el gobierno de este país tienen datos actualizados, pero la cifra se multiplica porque este año han llegado a Italia 19.429 menores no acompañados - según cifras del Ministerio del Interior a 7 de octubre- por los 12.360 de todo el 2015. 

Tres años después de comenzar los desembarcos masivos en Italia, actualmente se registran en los distintos centros de acogida 14.225 menores no acompañados. El 90% tiene entre 15 y 18 años, casi todos son varones y proceden en su mayoría de Gambia, Albania, Eritrea y Nigeria. 

El Gobierno acaba de aprobar una ley, a la que le falta el visto bueno del Senado, para regular su situación. Según la norma, que ha sido aplaudida por las ONG más importantes, se les impondrá un tutor legal durante su estancia en Italia, se garantizará su acogida en un plazo máximo de 30 días (actualmente pueden estar meses en un limbo legal) o se les facilitará asistencia médica, educativa y jurídica, entre otros aspectos que hasta ahora no les ofrecían. 

Desde Save The Children asumen que llegan a donde no lo hace el Estado italiano, aunque sus reproches se dirigen más bien a Bruselas. "Pedimos a la Unión Europea la apertura de corredores seguros para facilitar la reagrupación familiar", expresa el responsable de la organización Marco Capuccino. 

Sin conocer demasiado estos detalles, es lo mismo que reclama Filemon, cuyo objetivo es alcanzar Alemania, donde desde hace un par de años espera su hermana. A Yahya, su compañero de viaje, le trae sin cuidado el destino, pero dice fiar su suerte a la de su amigo. 

Casi 9.000 menores desaparecidos en Alemania 

En Alemania, país que recibió sólo en 2015 casi un millón de demandantes de asilo, las autoridades germanas cuentan actualmente 30.500 menores refugiados que han llegado solos. 

Después de haber sido registrados como menores no acompañados demandantes de asilo en suelo alemán, lo normal es que se les atribuya un lugar de residencia en centros para menores. Allí están acompañados por equipos compuestos por trabajadores sociales, pedagogos y psicólogos responsables de crear un entorno apropiado para su desarrollo. 

Sin embargo, los esfuerzos de las autoridades germanas no impiden que muchos de ellos terminen desapareciendo. Escapan de la supervisión de las autoridades, abandonando los lugares de residencia que les fueron atribuidos. "De ellos se puede decir que son niños fantasma", reconocen fuentes policiales en Berlín consultadas por EL ESPAÑOL. A la capital alemana llegaron en 2015 algo más de 4.250 menores. En lo que va de año se cuentan 1.200. 

La Policía de Berlín reconoce que, entre ellos, hay casos de desapariciones. Sonja Kaba, una de las responsables de la Oficina para la Juventud del céntrico distrito berlinés de Friedrichshain-Kreuzberg, conoce algunos de esos casos. "No sabemos dónde están", dice Kaba a este periódico. 

Desde el Ministerio del Interior alemán explican estas desapariciones apuntando que los menores se marchan porque siguen viajando al estar en busca de familiares residentes en otros puntos de Alemania o de Europa. De hecho, esas son las pistas que estudian en la policía. "Suele haber indicios que muestran que han seguido viajando, a Suecia, a Noruega o el Reino Unido, por ejemplo, porque allí viven sus familiares", aseguran desde la Policía de Berlín. 

Encontrados por casualidad 

En centros para menores como en los que trabaja Kaba en Berlín ha habido casos de menores encontrados por la policía en controles rutinarios de identidad. Kaba también habla de situaciones en las que el menor ha solicitado ayuda de las autoridades germanas en un estado federal alemán diferente al que se le asignó la residencia inicialmente. 

Esto permite dar con los menores a los que se ha perdido la pista. "Pero que esto ocurra suele ser casualidad", reconoce la trabajadora del distrito berlinés de Friedrichshain-Kreuzberg. 

Con los menores que se escapan, puede pasar de todo. "Hay cientos posibilidades", mantiene Kaba. "A veces recibimos mensajes de que el menor está en Grecia, que está de vuelta a su país de origen, porque la familia necesita ayuda...", cuenta. 

En Grecia, los menores no acompañados representan el 37% de todos los que llegaron durante los primeros meses del año y los niños desaparecidos no son una problemática extendida. Tras el acuerdo firmado en abril entre la Unión Europea y Turquía, el flujo se frenó, pero antes también se registró "un número indeterminado de niños que están solos" y de los que no se sabe "qué ha pasado con ellos", afirma desde Atenas a este diario Chryssoula Patsou, de la organización helena de ayuda a los refugiados Praksis. 

Ahora esta organización ha contabilizado recientemente casi 3.000 menores no acompañados viviendo en campos de refugiados y centros de acogida. Otras organizaciones humanitarias denunciaron hace tiempo el alojamiento de menores en calabozos; la explicación era que las autoridades se encontraban desbordadas para acogerles en otro lugar. 

En suelo heleno saben que regresar siempre es una opción. Pero tras meses caóticos, la organización en Grecia mejora y ha comenzado un programa de escolarización en los centros helenos para los niños refugiados. 

En Berlín, también puede ocurrir que la desaparición sea algo temporal. "Hay niños que vuelven a los centros de acogida después de haber vivido en otras ciudades, con amigos, porque no les gustaba el lugar en el que había sido acogidos inicialmente", plantean desde la policía en Berlín. 

En la Federación Alemana para los Menores Refugiados No Acompañados (Bumf, por sus siglas alemanas) denuncian precisamente la falta de un sistema que permita a estos menores a viajar directamente desde los primeros países europeos que pisaron hasta donde tienen sus familiares o conocidos. 

"Nuestra experiencia nos dice que estos niños suelen irse a escondidas para continuar su camino hasta donde tienen familia, porque no pueden ir con el apoyo del Estado al lugar al que quieren ir, donde tienen gente cercana", afirma a este periódico Tobias Klaus, uno de los responsables de la Bumf. 

Según Klaus, consecuencia de que estos niños recurran a servicios ilegales para viajar, es que contraigan grandes deudas, saldables potencialmente a través de actividades ilegales. Hay dos "puntos calientes" de la criminalidad en la capital alemana. Kottbusser Tor se identifica con abundantes robos y tráfico de drogas, mientras que en la zona del Tiergarten es conocida por la prostitución. 

La policía en Berlín sólo confirma que ha habido casos de refugiados relacionados con robos en Kottbusser Tor. 

En Grecia, la otra puerta de entrada a la Unión Europea, esta problemática situación suena familiar. "Sabemos que entre los menores que se quedan aquí hay casos en los que pasan a dedicarse al tráfico de drogas", dice Patsou, quien reconoce que Praksis, su organización, está más centrada en los niños y adolescentes a los que tiene acceso. 

España no está completamente libre de culpa en la problemática de los niños fantasma. Save the Children y la Fundación Raíces presentaron un informe recientemente sobre "la desprotección, el abandono y la discriminación que sufren los menores no acompañados en la Comunidad de Madrid". Mayoritariamente originarios de Marruecos, estas organizaciones advierten que estos niños "no están recibiendo la protección ni cuidados que requieren y, en ocasiones, se encuentran viviendo en la calle sin ningún tipo de ayuda".

lun, 21 nov 2016 17:32 UTC
https://es.sott.net/article/49499-Los-ninos-fantasma-de-Europa-miles-desaparecen-sin-dejar-rastro-de-los-centros-de-acogida